Autor: Carlos Castaneda
Año: 1968
Descargar PDF: Las Enseñanzas de Don Juan
Libro Elegido por: Cecilia M.
Comentario:
Era el verano de 1960 y un estudiante de antropología latinoamericano —de Cajamarca, Perú, aunque recién nacionalizado estadounidense— recorría en un autobús de la compañía Greyhound un trayecto con origen en Los Ángeles y destino en Nogales, en el desierto de Arizona. En esa estación se iba a producir el primer encuentro entre el joven, de nombre Carlos Castaneda, y un viejo indio de la etnia mexicana yaqui que resultaría ser un profundo conocedor de las propiedades de las plantas y hongos de la región; pudo llamarse —todo esto es leyenda— Juan Matus. Varias visitas de Castaneda a Don Juan (que vivía en el desierto mexicano de Sonora) cristalizaron en una profunda amistad, y esta, algún tiempo más tarde, en una relación de alumno-maestro. Esas plantas que tanto interesaban al joven —daturas, psilocybe, peyote— fueron herramientas clave en su aprendizaje, basado (si leemos los 10 cuadernos de campo que escribió entre 1968 y 1993) en el debilitamiento de su lado racional a favor de una visión más sensible a su lado intuitivo. O, si se prefiere decirlo así, en su conversión en brujo.
Referencia
Cita:
Cuando un hombre empieza a aprender, nunca sabe lo que va a encontrar. Su propósito es deficiente; su intención es vaga. Espera recompensas que nunca llegarán, pues no sabe nada de los trabajos que cuesta aprender.
“Pero uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, luego más y más. Y sus pensamientos se dan de topetazos y se hunden en la nada. Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así se comienza a tener miedo. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera. Cada paso del aprendizaje es un atolladero, y el miedo que el hombre experimenta empieza a crecer sin misericordia, sin ceder. Su propósito se convierte en un campo de batalla.
“Y así ha tropezado con el primero de sus enemigos naturales: ¡el miedo! Un enemigo terrible: traicionero y enredado como los cardos. Se queda oculto en cada recodo del camino, acechando, esperando. Y si el hombre, aterrado en su presencia, echa a correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda.”
-¿Qué le pasa al hombre si corre por miedo?
-Nada le pasa, sólo que jamás aprenderá. Nunca llegará a ser hombre de conocimiento. Llegará a ser un maleante, o un cobarde cualquiera, un hombre inofensivo, asustado; de cualquier modo, será un hombre vencido.
Su primer enemigo habrá puesto fin a sus ansias.
-¿Y qué puede hacer para superar el miedo?
-La respuesta es muy sencilla. No debe correr. Debe desafiar a su miedo, y pese a él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente. Debe estar lleno de miedo, pero no debe detenerse. ¡Esa es la regla! Y llega un momento en que su primer enemigo se retira. El hombre empieza a sentirse seguro de si. Su propósito se fortalece. Aprender no es ya una tarea aterradora.
Virginia Aranda –
Maravilloso libro que abre a otra forma de conocimiento y sabiduría